Podríamos definir la iridología como el estudio del ser humano a través de las señales que emite su iris. El iris de los ojos está relacionado con todo el cuerpo humano a través del sistema nervioso, por lo que se convierte en una pantalla desde donde se refleja qué pasa en nuestro organismo.
De todas maneras, las señales del iris no siempre nos indican qué enfermedad sufre la persona, pero sí en qué parte del organismo hay una alteración.
Ciencia e historia
La iridología es una ciencia que se ha desarrollado gracias a la investigación de numerosos médicos desde mediados del siglo XIX. Y, aunque el húngaro Ignaz von Pezcely (1826-1911) es considerado el padre de la iridología moderna, ya anteriormente había precursores de esta técnica de diagnóstico pues, desde siempre, los ojos han dado una valiosa información a los terapeutas. Las escuelas de iridología más importantes las encontramos en Alemania, Francia y Estados Unidos. En España, el médico más destacado actualmente es Josep Lluís Berdonces.
La investigación en este campo ha permitido crear una topografía que hace posible determinar en qué zona del iris se refleja cada órgano, así como su estado o tendencia: el hígado, los riñones, el sistema linfático, el sistema nervioso, las diferentes partes del sistema digestivo… Gracias a este mapa, la iridología puede anticiparse a la manifestación de una patología física y esa es una de las mayores virtudes de esta técnica.
Algunos ejemplos sencillos
En la zona superior podemos ver muchísimas veces un arco azulado que nos estaría indicando una deficiencia, en mayor o menor grado, de la circulación a nivel cerebral.
En la zona media, que se correspondería con el sistema digestivo, podemos encontrar las fibras del estroma deshilachadas, con un color diferente al resto del iris, que puede ir de marrón, amarillo, rojizo, etc. y que nos estaría indicando problemas en el sistema digestivo.
Señales que parecen manchas pintadas cuyo color también puede variar (negro, rojo…) nos estarían probablemente indicando toxemia no eliminada en la zona donde se encuentre.
Cada uno de estos ejemplos son generalidades que habría que matizar, pero con ellos nos vamos ubicando en la dinámica del examen iridológico.
Iridología y salud mental
Con un mapa general del iris, podríamos entender aspectos psíquicos de la persona. Atendiendo a la microcirculación cerebral que se manifiesta muy claramente, sería posible incluso adelantarnos a las enfermedades degenerativas como la senilidad, además de otros desequilibrios. Son aspectos a desarrollar, pero algunos terapeutas ya han empezado a intuir profundizar en lo que podríamos denominar psicología integral a través del iris.
Hacia dónde va la Iridología
Voy a dar una opinión muy personal al respecto, que puede, perfectamente ser refutada o matizada por otras personas lo cual, indudablemente, me parecerá muy enriquecedor.
Tal vez la Iridología actualmente está en un punto poco dinámico. La utilizan bastantes terapeutas, sí. Pero dista mucho de tener el lugar que se merece.
La cuestión es que, tal vez, se ha centrado demasiado en la relación señal/patología o sea, el nivel puramente físico. Y eso relativiza mucho su eficacia, porque no siempre una señal nos está hablando de un hecho presente y saber interpretar estas cosas requiere no solo de experiencia sino de visión holística.
Sin embargo, creo que la Iridología en el futuro puede brillar mucho más si añadimos a la interpretación la configuración del dibujo general que presenta incluso más allá de las diátesis. Lo que nos abre un mundo nuevo por descubrir desde el que estoy viendo cosas muy interesantes cuando miro el iris.